La pareja, en tanto unidad viva e independiente de quienes la conforman, necesita de espacios y estrategias para pensarse, re-pensarse y por ende reestructurarse y tomar nuevas formas y caminos.
Así, la psicoterapia de pareja se entiende como un proceso centrado en la pareja misma y no en los individuos que la componen, busca, por encima de todo, restaurar la capacidad de goce y disfrute del vínculo como elemento central de su existencia y razón de ser.
Actualmente, la pareja en tanto unidad se ve alterada por elementos culturales que la atraviesan y que hasta hace unos años no eran tan evidentes, ejemplo de ello son las diferencias salariales al interior de quienes componen las parejas, el desarrollo profesional - vocacional, las diferencias en la manera en la que se concibe y pone en marcha la crianza de los hijos, desencuentros relacionados con la intimidad y la sexualidad, comunicación e infidelidades, entre otros.
¿Qué diferencia habrá entre ser pareja y estar en pareja?. Las relaciones humanas pasan por momentos, ciclos o situaciones que las mantienen, modifican o acaban; pero independientemente de ello, las relaciones amorosas están al servicio del desarrollo, del goce y la planeación, si esto no se da, hay que buscar un espacio de cambio.
Después de trabajar por años con muchas parejas en psicoterapia, puedo decir que, ¡¡la pareja como tal no está en crisis!!, la crisis suele estar relacionada con las instituciones que la representan, más no con la pareja misma; y en ese sentido, tampoco podemos hablar de un solo tipo de pareja, existen varios tipos, y por ello, el ejercicio de la psicoterapia exige la inclusión de la perspectiva de género con el fin de subsanar ese referente que bajo la forma que sea, alude al amor y al encuentro con el otro.